Consumida en un principio por los indios guaraníes, la tradición de la yerba-mate se mantuvo a lo largo del tiempo, probando sus innumerables beneficios para la salud de las personas. Sus vitaminas, sales minerales, calcio, magnesio, potasio, y antioxidantes ayudan a combatir radicales libres, mejoran el colesterol bueno, ofrecen resistencia física y favorecen la circulación.
Y es justamente el cuidado con la salud que llamó la atención de las industrias yerbateras para la manipulación correcta del producto en todas las etapas de su fabricación. El control de higiene y la búsqueda de calidad en la producción, han hecho que las empresas busquen productos y tecnologías para garantizar un proceso productivo de excelencia.
Uno de estos productos es el pallet plástico rotomoldeado. Su fabricación cuenta con protección antimicrobiana, atendiendo las Buenas Prácticas de Fabricación de ANVISA, HACCP e GMP, y garantizando un ambiente seguro y libre de la contaminación por hongos y bacterias, siendo ideal para el manejo, la producción, almacenamiento y transporte de la yerba mate.
Por ser monoblocos y ligeros, los pallets plásticos, son piezas de fácil higienización y no requieren mantenimiento, pues son libres de enmiendas, clavos y astillas. Garantizan un ambiente limpio, organizado, y seguro, no alterando sus características de color y peso ni perjudicando la yerba mate.
Otro punto bastante importante es el hecho de los pallets plásticos tienen peso constante, reduciendo significativamente los gastos logísticos. Esta es una gran ventaja en relación a los tradicionales pallets de madera, que encharcan y aumentan de peso, aumentando los costos de transporte,
Además de estos beneficios, otra diferencia de los pallets plásticos es su durabilidad, la resistencia a variaciones extremas de temperatura, la posibilidad de almacenar diferentes contenidos tanto en ambientes internos como externos y de ser fácilmente transportados con paleteras o autoelevadores.
El pallet plástico es utilizado por industrias y comercios de sectores como alimenticio, químico, farmacéutico, automotriz y minorista de todo Brasil. Su tecnología de fabricación también ya está presente en el país, siendo fabricado por empresas como la Tecnotri Industria de Plásticos, de Vila María – RS.